Podemos llegar a afirmar que el comportamiento obsesivo-compulsivo marca lo que verdaderamente es un estado adictivo, y que se padecen las mismas consecuencias desarrollos en ambas circunstancias tanto las toxicas como las no toxicas.
Todo actitud que se sale de un estado de equilibrio y pasa a ser estado obsesivo-compulsivo reflejara unas consecuencias serias en el ser humano como una calidad de vida muy pobre, relaciones interpersonales precarias, relaciones familiares seriamente afectadas, en conclusión una adicción puede arruinar y poner en peligro la vida, llegando incluso a destruirla. El problema con toda adicción es que puede mantener atapada a una persona, limitando su libertad y poniéndola a merced de un hábito autodestructivo.